Estreno
1992
Asistentes temporada 1992
37.000 aprox.
Duración de la obra
2.55 min.
Dramaturgia
William Shakespeare
Traducción
Nicanor Parra
Dirección
Alfredo Castro
Asistente de dirección
Verónica García Huidobro
Escenografía
Alejandro Rogazy
Iluminación
Ramón López
Vestuario
Marco Correa
Música
Miguel Miranda
Producción
Guillermo Murúa
Reparto:
Lear, Rey de Gran Bretaña: Héctor Noguera
Goneril, hija de Lear: Gabriela Hernández
Regan, hija de Lear: Schlomit Baytelman
Cordelia, hija de Lear: Claudia Di Girólamo
Duque de Albany: Arnaldo Berríos
Duque de Cornwall: Eduardo Barril
Rey de Francia: Agustín Moya
Duque de Burgundy: Héctor Aguilar
Conde de Kent, luego Caius: Rodolfo Pulgar
Conde de Gloucester: Roberto Navarrete
Edgar, hijo legítimo de Gloucester: Alberto Vega
Edmund, hijo ilegítimo de Gloucester: Mauricio Pesutic
El Bufón: Ramón Núñez
Oswald, camarero de Goneril: Pedro Vicuña
Doctor: Héctor Aguilar
Caballeros, mensajeros, soldados, servidumbre: Pablo Macaya, Christián Ortega, Ricardo Pinto, Juan Claudio Burgos.
Reseña
Este montaje fue la primera versión de El Rey Lear que se realizó en nuestro país. La traducción de la obra fue encomendada al poeta chileno Nicanor Parra, quien tuvo la magna tarea de traducir el verso Shakespereano al castellano y a un lenguaje poético que estuviera a la altura de la obra, lo que el poeta denominó como un trabajo de “transcripción”.
El actor y director nacional Alfredo Castro fue quien estuvo a cargo del montaje de la obra, que retrata un mundo sombrío y trágico, en el que predomina el odio, la venganza y la locura.
Lear, es un rey de edad avanzada, que decide súbitamente retirarse del poder y dividir su reino entre sus tres hijas: Goneril, Regan y Cordelia. La porción más grande de terreno será ofrecida a aquella que sea capaz de expresar mejor el amor y la gratitud hacia su padre. Las dos hermanas mayores, ambiciosas, no dudan en colmar de elogios a su padre. Cordelia, en cambio, se niega a rivalizar con sus hermanas y muestra su verdadero amor, sin exagerar en su retórica. Lear, no contento con la demostración de cariño de Cordelia, la deshereda y reparte el terreno entre sus dos hijas mayores. Este arrebato de ira desencadena la tragedia; Lear se arrepiente de su decisión y busca con desesperación el regreso de su hija Cordelia, pero su grave error lo lleva poco a poco a perder contacto con la realidad.